Recojo los pedazos de mí que quedan después de una noche de besos en callejones por los que espero no pasar nunca más. Recojo los pedazos y suspiro. Aceptar las cosas nunca es facil. Se me habia olvidado lo de tu forma de mirar y hacerme daño, lo de tu voz y tus labios. La adrenalina de la madrugada y el fundirmelo todo en una noche, contigo y por ti. Sabes de lo que hablo, porque a ti te pasa igual. Me equivocaría otra vez, pero nunca me han gustado los números pares.
Odio que vuelvas sin avisar y te vayas sin despedirte,
que vengas sin irte.
Odio que te rias de mi y del tiempo,
aunque ya no sea invierno y yo siga teniendo frio...
Odio las contradicciones,
pero soy adicta a ellas.