Las canciones deben ser tristes, porque siempre hablan de desamor, de fracaso; cuando estás en ese momento, tan escaso en la vida, de pasión compartida, no se escribe, se vive

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domingo, 5 de febrero de 2012

"Olvido"



Llego a casa y al entrar en el comedor veo la nube de humo, la copa de vino encima de la mesa y escucho el papel al arrugarse. Abro la puerta estrepitosamente, se gira rápidamente. Observa mis ojos vidriosos a los que les queda muy poco para desbordarse y no hace falta más. Mientras se acaba de liar el cigarro, me descalzo y tumbo bocarriba en el otro sofá. Se levanta y le da al play. "Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá. Estas cenizas no juegan con fuego, este ciego no mira para atrás. Este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré. Ahórrate el acuse de recibo, estas vísperas, son las de después. A este ruido tan huérfano de padre, no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir. Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca... estos ojos no lloran más por ti.". Y la primera frase ya hace que sienta las primeras punzadas en el corazón. Pienso en las veces que me la habré repetido a mí misma y cuanto deseo que se cumpla. En realidad, todas y cada una de ellas anhelo que se hagan realidad. Y cuando empieza la melodía, cierro los ojos fuertemente en trozos como "estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo en la estación".
Podríamos pasarnos la noche bebiendo vino, fumando y escuchando 19 días y 500 noches (aunque estoy segura que le hicieron falta muchas más de 500 noches para olvidarla, y a mí me siguen haciendo falta), Agua pasada, Camas vacías, Amor se llama el juego, Ruido... más un largo etcétera. Porque aunque ni todo el tabaco y el alcohol del mundo o algunas de estas canciones, haga que desaparezca el dolor, quizá lo haga algo más llevadero.
Las primeras notas de Contigo ya duelen escucharlas. Me duelen por los dos. Realmente es la canción con la que me derrumbo, con la que se me corre el rimel. Por experiencias propias, y "ajenas". Es la canción que escuchaba a su lado con seis años en la misma posición en la que nos encontramos en este momento, y que siete años despúes empecé a comprender plenamente el significado que tiene para él y el que ha adquirido para mí. Solo que ahora le dolerá por otros amores, o desamores; y a mí, por los de siempre...

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