Las canciones deben ser tristes, porque siempre hablan de desamor, de fracaso; cuando estás en ese momento, tan escaso en la vida, de pasión compartida, no se escribe, se vive

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martes, 18 de diciembre de 2012

You made me cry.

Empiezo a acostumbrarme a andar sola por la calle. A mirar el cielo y darme cuenta de que últimamente, casi siempre se compone de una gama de azules oscuros preciosos... y parece que se vaya a caer sobre mí. Pero ayer, justo en la segunda estrofa de Bell Bottom Blues, me sentí tremendamente sola mientras paseaba por la avenida. A penas me crucé por la acera con un par de personas, no había casi luz, y parecía que lo único que me iluminaba durante unos segundos era la punta del cigarro cada vez que aspiraba. Y pensé en que ojalá escuchara, como otras veces, tu guitarra sollozando por algun garito, dispuestos tú y ella, a arreglarme la noche... pero ayer era martes, y los martes, tú nunca estás, los martes no eres para mí.


viernes, 7 de diciembre de 2012

461 OB.

Entreabre los ojos y ve un hombro. Esboza una pequeña sonrisa. Es él. Se sumerge debajo del edredón y nota el agradable contraste del frio exterior con el calor bajo las sábanas. Roza su pierna, él se mueve ligeramente y abraza la almohada. Decide levantarse. Tantea debajo de la cama hasta que encuentra su tanga negro, se lo pone y se enfunda su camisa vaquera. Camina descalza hacia el tocadiscos. Pasea sus dedos por la colección de vinilos, buscando uno en concreto. Cara B. Lo pone bajito, lo justo para que él se despierte dulcemente. Él frunce el ceño hasta que abre los ojos y la ve, de pie junto al tocadiscos. Reconoce la canción al instante, sonríe. Ella se balancea sobre sus caderas muy suavemente con los ojos cerrados. Él la mira de arriba a abajo, se pasa la lengua por los labios. "You're my heart's desire... I can't hold out, I can't hold out too long" 


lunes, 12 de noviembre de 2012

Para decirte adiós.

Llevas una semana horrible. De las peores que has tenido. Así que solo piensas en un día: jueves 8 de noviembre. Porque el jueves 8 de noviembre, a las siete de la tarde, serás libre por unas horas. Por unas horas, podrás olvidarte absolutamente de todo. De los exámenes, de las numerosas discusiones, del mal de amores... de todos y cada uno de tus problemas.
Y casual o causalmente, el jueves el universo se alía a tu favor. Y no sabes ni cómo, pero a pesar de haber estado haciendo malabares con diez cosas a la vez para poder ir, lo consigues. Y te colocas entre la mitad de la enorme cola que había, y de repente, un tipo se acerca, y os invita a colocaros en primera fila, saltándote el resto de la cola. Y en tres minutos, estás a medio metro de ellos, de su musica, de su voz... Empieza a sonar "Para decirte adiós". "Arenas movedizas"  parece estar escrito enterito para ti. Y empieza a subirte algo por el estómago, por el pecho...."La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón"  Algo te toca ahí dentro que te produce una sensación indescriptible. Y al escuchar su voz... levitas. Y después del concierto, sales de ahí feliz, y te pides una cerveza en el bar. Y al rato, para acabar bien el jueves, tienes a Carlos Tarque tomándose otra, justito al lado tuyo, codo a codo. 







 


lunes, 15 de octubre de 2012

Just a perfect day.

Buenos días, mundo. 100 years ago, (I can't get no) Satisfaction. Salgo de casa. Rocks off, It's only rock and roll, The last time. Bus, cruza el río, amanece. As tears go by. Centro, camino hasta el instituto. Get off of my cloud. Clase. Confessin' the blues, Casino Boogie, Gimme Shelter, Dead Flowers, Sympathy for the devil...Moto. Love in vain, Let's spend the night together, You gotta move. Me siento al piano. Shine a light. Cojo la guitarra. Angie. Me ducho. Happy, Start me up. Salgo de la ducha, me dejo caer en la cama, me visto. You got the silver,  Sweet black angel. Canto ante el espejo. Beast of burden. You can't always get what you want. 00:00, media noche, cigarrito, Sweet Virginia. Madrugada. Wild horses.

and that's life.


jueves, 4 de octubre de 2012

"El que lloraba entonces era yo"

Y mientras ella está con otro tipo, mis lágrimas se mezclan con alcohol.
Cierra la puerta con un golpe seco. Se sorprende a sí misma dirigiéndose al minibar. Pero no era ella, no estaba pensando absolutamente nada y ya llevaba un rato actuando simplemente por impulsos. Rápida mirada a todas las bebidas. "La que sea, basta con que este empezada", piensa. Coge un whisky que lleva mucho tiempo ahí. Se sirve medio vaso y no se lo piensa, todo de una vez. Sentada en el suelo, apoyada en el sofá, se mira en el espejo. Espera unos minutos a que el whisky le haga efecto, confiando en que le siente mal. No siente nada, ni una sola emoción (cuando deberían estar desbordándole después de todo). Ni una sola lágrima. Se palpa la cara, ¿de verdad sigue ahí, entera, de una pieza? 


martes, 25 de septiembre de 2012

Lo malo de los besos, que crean adicción.

Días soleados que conviertes en grises, días en los que la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren. En los que inconscientemente te haces un poquito más de daño, tal vez intentando buscar una explicación a esa respuesta irracional que da tu cuerpo respecto a él, oyendo esas canciones... malditas canciones. O creyendo que con cada calada, avivas su recuerdo. Y al final con la ceniza se acaban mezclando unas cuantas lagrimillas  de nada... porque a estas alturas ni tienen mucho sentido ni mucha importancia. Algún que otro nudo en el estómago de vete tú a saber qué, si rabia, envidia, indignación, frustración... Pero al final te resignas, sacas fuerzas, y asumes que las cosas son como son, y casi nunca son como a ti te gustaría... te repites ese "you can't always get what you want" y prefieres amarrarte a "lo bueno de los años es que curan las heridas", obviando cómo continua el verso...  aún no confiando mucho en ello, aún susurrando "cuántas noches soñé que regresabas y en mis brazos llorabas por tu error", aún con esperanza de escuchar ese venga, para decir vale.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Dolores.

La verdad es, que por supuesto no iba a ser la última vez que se viesen. Pero hasta que eso ocurriera, si era cierto que pasaria mucho mucho tiempo. Y decidieron despedirse así; en el mismo lugar donde se dieron cuenta de que entre ellos había mucho más, donde decidieron mandarlo todo al carajo. Una botella de Tequila y ellos dos. Y en el último trago, no le rogó, en el último trago le lanzó una fugaz mirada desde sus grandes ojos a aquellos diminutos, entreabiertos y sin decir nada, se levantó tambaleándose y emprendió el camino a casa. Y en el último trago, se fue, a llorar por los mismos dolores.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Que se llama soledad.

Con la ventana de par en par, vuelve el calor, no hay nadie en casa y aprovecha para montarse su pequeño y solitario antro, para llorar, emocionarse o reir, para llenar el cenicero, para ir en camiseta y punto. Dulce y a la vez amante e inoportuna soledad. En la habitación suena "Donde habita el olvido", como no. ¿Le habrá contagiado Sabina después de tanto tiempo, esa fijación por el olvido? Ha vuelto esa manía de escuchar, leer y ver entrevistas de Sabina por vigésima vez hasta las tantas de la madrugada... y eso es todo lo que hace. Y aquí está, tirada en la cama, subrayando versos de "Ciento volando de catorce" que le vuelan la cabeza... por fín empieza a sentir en su propia piel, muchos de ellos. 

Yo no creo que exista el olvido ni que deba existir. Yo creo que la vida se hace de escombros y de reescombros y de cenizas que siguen ardiendo. (...) Ellas bajan la persiana, cambian de página y la persiana ya no contiene nada. ¿Y qué te pasa a ti? Te pasa que llevabas años pensando que deberias dejar a esa chica para irte con la otra... hasta el momento en el que baja la persiana. Entonces te entra un amor renovado y apasionadisimo por esa chica que no te quiere ni ver. Y empiezas a hacer gilipolleces que atentan contra ti mismo. Empiezas a hacer lo peor. Mi vida consiste en eso... una gilipollez tras otra.

viernes, 17 de agosto de 2012

Couldn't drag me away.

No se parecía en nada a una relación normal. Tocaban juntos, se acostaban juntos... y poco más. Poco más a la vista de cualquiera. Pero en realidad, era bastante más que eso. Era la magia de poder tener un lazo con alguien puramente químico, sin sentimientos demasiados involucrados en dicho lazo, sin corazones con posibilidad de hacerse daño. Compartían una especie de atracción que hacía que ambos se estremecieran tan solo con rozarse... era algo diferente a lo que cualquiera de los dos, había sentido antes. Era justo lo que le hacía falta. Se emborrachaban escuchando cualquiera de esos vinilos de Muddy Waters que les volvían locos,  y les trasmitian un rollo totalmente sexual que los dos percibían. Otras noches se colocaban dejándose llevar por la psicodelia de Hendrix; otras, leían poemas de Sabina, que era de las personas que más admiraba, y se acababan contando cómo algunas de las verbenas del pasado gangrenaban el corazón... todavía. Y la mayoría de estas veces acababan desnudos por el suelo, o por cualquier parte... sin más preocupaciones que elegir el set list de la noche siguiente; sin nada mejor qué hacer que sacar la guitarra y ponerse a tocar Wild Horses, o Sudando la tristeza o Cerca de las vías...; sin nada más placentero que dejarse llevar, y disfrutar, calada tras calada, beso tras beso, de la paz que habían encontrado.

 


domingo, 5 de agosto de 2012

You can't say we never tried.

 YOU CAN'T SAY WE NEVER TRIED

Sabes que en algún momento va a pasar. Porque si, porque es inevitable. Porque son muchas cosas, mucho tiempo, muchos sentimientos... así que lo único que intentas es que no te explote en la cara, estar preparada para ello, al menos. Y justamente cuando crees que las cosas van bien, sin esperártelo, te explota justo delante de tus narices. Y te das cuenta que el amor es eso, un juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño, que todo tiene una fecha de caducidad, que nuestro tiempo pasó, y solo queda un corazón medio roto, esta forma tan cobarde de no decirnos que no, un lo siento, un desamor sin amor... que ojalá no me hubiera repetido tantas veces ese "me sobran motivos pero me faltas tú sobre la cama", porque ese ha sido justo el problema y el detonante, el admitir las cosas pero no aceptarlas. Y cada vez más tú, y cada vez más yo... sin rastro de nosotros. 

I know, I never leave you, baby. But I got to go away from this place, I've got to quit you.
Just because we can't be together doesn't mean I won't love you

domingo, 29 de julio de 2012

Voy a pasármelo... muy bien

 
Voy a cogerme un pedo de los que hacen afición
me iré arrastrando a casa con la sonrisa puesta
mañana ya si puedo dormiré la siesta
pero esta noche no (esta noche no).
Esta noche, algo me dice... que voy a pasármelo bien... 

 
 Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas, pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa.

jueves, 19 de julio de 2012

Verano


Este es mi verano. En el tocadiscos suena el vinilo de Exile on Main St.; el cuadro de John Lennon, comprado justo en frente del Edificio Dakota, para observarlo de vez en cuando,  apoyado en la banqueta del piano; la guitarra, que es a lo que estoy dedicando la mayor parte del tiempo; la biografía de Keith, que cuanto más leo, más disfruto; la partitura del Nocturno, que no os podéis imaginar que bien suena; y a veces, mientras leo Vida, abro la pitillera y después de fumarme uno, recuerdo que solo soy una colilla entre tus dedos apagada, y es que a veces se me olvida.




Y a veces un porro, a veces una paja.

jueves, 5 de julio de 2012

En el asiento trasero de aquel Bentley; Anita.






Anita, la muy sexy hija de puta. Una de las mujeres más increíbles del mundo. La cosa fue yendo a más poco a poco en Courtfield Road. En ocasiones a Brian se le apagaba la luz de pronto y caía redondo: Anita y yo nos mirábamos. (...)  La verdad era que yo miraba a Anita, y miraba a Brian, y la miraba otra vez a ella y pensaba: no hay nada que pueda hacer para evitarlo, al final voy a tener que estar con esta tía. (...)
Nunca en mi vida he dado el primer paso para enrollarme con una mujer, simplemente no sé cómo hacerlo, mi instinto es dejarle hacer a ella, lo que no deja de ser bastante raro, pero es que soy incapaz de salir con frases del tipo «¿qué pasa, nena, cómo va eso?, ¿qué, echamos uno?» y todo ese rollo. Me quedo sin palabras. (...)  Alguien tiene que hacer algo. O pillas el mensaje o no lo pillas, pero yo nunca he sido capaz de dar el primer paso. Si están interesadas, moverán ficha. Por lo menos en mi experiencia ha sido así.



Así que Anita movió ficha. Yo no podía entrarle a la chica de mi amigo, incluso a pesar de que éste se hubiera convertido en un perfecto cretino (con Anita también). El sir Galahad que llevo dentro me lo impide. Anita además era muy guapa, cada vez estábamos más unidos y de repente, sin la supervisión de su chico, fue la que tuvo los huevos de decir "¡al carajo todo!". En el asiento trasero de aquel Bentley, en algún lugar entre Barcelona y Valencia, Anita y yo nos miramos: la presión era tan bestial que sin previo aviso se puso a hacerme una mamada. La presión se disipó (¡puf!) y de repente estábamos juntos. No se suele hablar mucho cuando ocurre algo asi; sin necesidad de decir nada lo notas, sientes una sensación de inmenso alivio porque ha llegado por fín el desenlace. (...) Nos pasamos una semana dando vueltas por la casba, enchando polvos y poco más; estábamos cachondos todo el rato, cierto, pero también nos andábamos preguntando como íbamos a manejar toda esa situación.


Fragmento de las memorias de Keith Richards.

domingo, 24 de junio de 2012

CUATRO DÍAS, PEREZA, MADRID.


Cuatro días. Cuatro días de hacerse 450 kilómetros con autobuseros que se les olvida cerrar la compuerta de las maletas. Cuatro días de perderse por entradas donde pone salidas. De pasear por el área 175 cantando "Get back". 

  

De ponerse hasta arriba de comida mexicana. De dormir en un pisito de Chueca prácticamente tres en la misma cama. De perderse por el metro en la línea 5.


 De hacerse 12 horas de cola y conocer a gente maravillosa en ella. De mil cigarrillos. De que te tiemble la lengua y las manos. De cartas manchadas con ceniza y helado. De carreras para llegar a la primera fila.

                                












De saltar con Almas Mudas. De preguntarme ¿Donde estarás esta noche? Y saber que si aún dices venga, yo digo vale. De echarte de menos justo en ese instante. De enseñarle la camiseta a Leiva cuando canta el de BURNING, RONALDOS Y LOU REED. De que solo se te oiga a ti y cuatro más cantar Nowhere Man. 

 



 

De taxistas que conducen temerariamente. De la fiesta en Chueca un viernes por la noche. De la calle fuencarral y la puerta del sol. De reirte sin poder parar. De paseos largos y discotecas dentro de casa. De luces de policía.











De La Chocita y el Ron Brugal. De bailar en La Latina mientras suena Chuck Berry de fondo. De la plaza de España y los sofás que regala el cielo. De volver a las 5:30 unos encima de otros en un mini por la Gran Vía.



 

 Del mein craft. De piercings perdidos. Del APM. De llegar a un minuto que saliera el bus de vuelta. De desear no haber llegado a tiempo. De la melancolía de estos días. Del mejor viaje de mi vida