Camina distraída, pero apresuradamente. Son las nueve y media y pocas tiendas quedan ya abiertas. La gente pasa a aus lado, nerviosa, con las manos llenas de bolsas. Luces, millones de pequeñas bombillas parpadean e iluminan el centro de la ciudad. Y mientras la gente, histérica, con los bolsillos rebosantes de dinero camina hacia los pocos comercios que aún no han cerrado sus puertas; ella busca algún garito lleno de humo, alcohol, y música, donde poder evadirse de la realidad ahogando sus penas en un vaso de Ginebra, una cajetilla de cigarros y guitarras que tocan melodías, todavia desconocidas para la mayoría, incluida ella.
Joder, recuperar ahora la esencia del comentario está dificil, pero... decía algo así como: Esos son los mejores garitos de todos y a veces esos garitos somos nosotros mismos o nuestras habitaciones... somos garitos llenos de humo y alcohol y sobretodo y siempre de música para poder escapar de todo
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